Más poder, menos regulación: una paradoja peligrosa
- Nicolás Jofré Vergara
- 6 may
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 8 may
El Rancagüino (Región de O'Higgins) y La Tribuna (Región del Bío Bío)
06 de mayo de 2025.

El reciente debate en torno a la relación de pareja entre la ex Ministra del Interior (actual candidata presidencial) y el Ministro de Hacienda ha sido abordado como un asunto personal. Sin embargo, es mucho más que eso, se expone una profunda paradoja normativa en el corazón de nuestro Estado.
Mientras los funcionarios públicos de menor jerarquía están sujetos a inhabilidades y prohibiciones explícitas en el Estatuto Administrativo (Ley 18.834, Art 11) como: no estar inhabilitado para cargos públicos, no tener vínculos familiares con superiores jerárquicos, o no haber sido destituido por faltas a la probidad; Los ministros de Estado, que concentran enorme poder político y presupuestario, no tienen regulaciones equivalentes.
La propia Constitución Política (Art 32 y 34) establece que los ministros son designados y removidos libremente por el Presidente, y solo exige ser chileno, tener más de 21 años y cumplir los requisitos generales para el ingreso a la administración pública. Nada se dice sobre conflictos de interés o relaciones personales dentro del gabinete.
Esta asimetría regulatoria se vuelve crítica en casos de jerarquía cruzada, como cuando la ex ministra del Interior subrogaba al Presidente (art. 29 CPR), liderando el gabinete, incluyendo a su pareja. O cuando, en discusión presupuestaria (art. 67 CPR), debía rendir cuentas al ministro de Hacienda.
No se trata de juzgar relaciones privadas, ni entrar en el debate de prescindencia (que afecta al ministro Montes) sino de resguardar la integridad pública institucional. Más poder debería implicar más regulación, no menos.
Nicolás Jofré Vergara
Jefe de Carrera Administración Pública, Universidad de Viña del Mar
Miembro de la Red Académica de Gobierno Abierto de Chile
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